En una economía cada vez más competitiva y especializada,
también en los servicios jurídicos, se impone una revisión de nuestros
honorarios y costes. Si hiciéramos una encuesta, y las hay, en la que se
preguntase al ciudadano si tiene la sensación que contratar a un abogado es
caro, la respuesta sería en un porcentaje muy elevado que sí, y que no se lo
pueden permitirselo. Y es posible que así sea.... para la mayoría de los cuidamos, que
con sus ingresos apenas llegan a final de mes, apagar una minuta a un abogado de
1.500 € es un gasto muy importante, en ocasiones inalcanzable. Además, un procedimiento implica otros gastos como las discutidas tasas judiciales, los honorarios del procurador, los honorarios del perito, etc.